viernes, 23 de abril de 2010

Suicidio

















Jamás imaginé que fueras el cuchillo que cortaría
la blanda carne de mis muñecas:
en mis venas corre tu amor y ahora me desangro.

Nunca imaginé que te utilizaría como soga: 
recorres mi cuello y asfixias con palabras el aire que me diste.

Jamas pensé que fueras el tren que me arrollaría:
Me aventé a las vías con los ojos vendados y sin saber tu dirección.

Nunca pensé que fueras las pastillas que tomaría día a día:
una sobredosis detiene mi corazón...

Ahora eres la pistola que apunta mi cabeza
¿Quién ha tirado del gatillo?
¿Ya estoy muerto?

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