Consternada, destruida,
poeta que no sabe volar.
Cerraste la puerta de casa
regresa...
condena tu destino
condena tu destino
¡Cautiva y enferma de dolor!
Muéstrame de nuevo tu alma
tu piel al despertar
tus sueños sin llorar...
Y así estamos atados a nuestras pasiones y virtudes, de modo que llamamos "libre albedrío" a nuestras propias cadenas... No te acerques - Yo soy la Oscuridad