Un dios donó sus alas;
Vuela en lo más alto, me dijo.
Mas nunca advirtió los peligros:
Entre otros,
viven mudos mis llantos
Pronto, ¿pronto acabará?
Monótonas nubes, marmoleadas
estrellas sin forma
Y el oleaje de las luces…
¡Brillantes, pero jamás asibles!
¡Oh dios, nunca deseé la eternidad!